viernes, 7 de marzo de 2014

Cap 2 Un muerto más

Siempre estoy soñando

Capítulo 2: Un muerto más



La fiesta de Carlos había sido todo un éxito. Los muchachos volvían contentos a sus casas sin parar de comentar todo lo sucedido esa noche. Sin duda al día siguiente se llenaría de "posteos" y fotos en facebook de aquella memorable noche.
Julie caminaba en silencio, pero sonriendo junto a Nicolás. Esa noche cumplían 3 meses de noviazgo y había sido mágica. Nicolás le había regalado un hermoso relicario con una foto de ambos, de aquella época en que aún eran solo amigos, pero ya ambos sentían cosas el uno por el otro.
Por otra parte Bia trataba de hacer callar a Valtinho. El chico venía totalmente excitado y como siempre no paraba de hablar. La pobre chica debía aguantar a su novio quien se había atrevido a beber un poco de licor, por lo que se sentía  más "alegre" de lo común.
Nicolás se ofreció para llevar a su casa a Valtinho y dejó a las chicas en la casa de Julie. Ambas pasarían la noche juntas, tenían mucho de que hablar aún.

Nicolás: Tranquilas, chicas. Nosotros estaremos bien. Aún es temprano, así que iremos a mi casa. Valtinho no puede volver así a su casa, su madre lo mataría.

Bia: Gracias Nicolás y disculpa por dejarte solo cuidando a este bobo irresponsable.

Nicolás: No hay problema. Buenas noches.

Julie y Bia: Buenas noches chicos.

Valtinho: (gritando a la distancia y un poco ebrio) Te amo, Biaaaaa

Bia: Ay, que verguenza que me hace pasar este chico.

Julie: (riendo) No seas dura con él. Solo es un hombre enamorado.

Bia: Tienes razón. Apropósito de hombres, a que no adivinas a quién vi en la fiesta después de todo

Julie: ¿A quién? La verdad no preste mucha atención a los demás, (sonrojandose) estaba entretenida con Nicolás

Bia: Uy, mujer enamorada. Bueno, como no tenías ojitos para nadie más, te diré que a quien no notaste fue a Daniel. Lo vi subiendo las escaleras hacia el segundo piso junto a una chica, aunque no logré notar quién era.

Julie sintió una pequeña punzada en el pecho... ¿Tan rápido la había olvidado? Bueno, era lo correcto. Ella estaba de novia con Nicolás y pues Daniel merecía rehacer su "vida", pero eso no la tranquilizaba.

Bia: Julie, ¿te sientes bien? Te pusiste un poco pálida...

Julie: Si, estoy bien. Tranquila, debe ser lo fresco de la noche

Abrieron la puerta de la casa, Julie tomó unos bocadillos y refrescos de la cocina y subieron directo a su habitación. Allí comenzaron a cambiarse sus ropas y a ponerse pijama. Bia había guardado silencio luego de su último comentario, sabía que algo le ocurría a la chica.

Bia: A mi no me engañas, amiga. A ti te suceden cosas con Daniel aún.

Julie: (espantada) Pero Bia, cómo dices eso. Yo estoy de novia con Nicolás, no podría sentir algo por Daniel... ¿o sí?...

Bia: (Abrazando a la chica) Ay, amiga... qué haremos contigo.


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Saliendo de la fiesta, Daniel se había topado con Martín y Félix y decidieron caminar juntos, aparte de las chicas, para poder conversar tranquilos. Los dos últimos venían muy contentos contando sobre sus hazañas, sobre todo Félix quien por primera vez había besado a una chica en una fiesta y hasta había conseguido su número telefónico.

Martín: No lo puedo creer. ¿El conservador de Félix coqueteando con una chica? ¿Cómo me perdí este suceso?

Félix: Ey, no tiene nada de malo de vez en cuando conversar con alguien... Además, Caroline es muy simpática, me contó muchas cosas de cuando vivió en Inglaterra. Tantas que hasta dan ganas de viajar...

Martín: Waw, realmente esa chica tenía un poder especial. Tanto que ahora hasta te quito los miedos y quieres salir de la cabaña jajaja

Félix: No seas molesto, Martín. Déjame en paz.

Martín: Pero lo más intrigante de esta noche es Daniel. (volteando a mirarlo) ¿No habías dicho que no vendrías?

Daniel: Me aburrí un poco solo. No tiene nada de malo salir a divertirse de vez en cuando.

Félix: Es verdad, Martín. Ya no nos acoses más con tus preguntas. Además ya llegamos, debemos guardar silencio si es que no queremos que el padre de Julie nos descubra.

Martín: ¿Saben? Yo aún tengo cuerda para rato. Que les parece si vamos a ver qué están haciendo las chicas. Julie dijo que Bia se quedaría a dormir acá y aún son las 2 de la madrugada, yo creo que deben estar despiertas aún.

Félix: Lo dudo, es muy tarde, pero también me gustaría conversar un rato más. ¿Qué dices Daniel?

Daniel miró a ambos chicos. Realmente tenía ganas de ver a Julie, pero su orgullo se lo impedía. Aunque él también venía bastante animado como para ir a vagar por ahí...

Daniel: Está bien, los acompaño.

Los 3 fantasmas subieron en un abrir y cerrar de ojos a la habitación. No quisieron entrar de golpe, así que tocaron a la puerta. Bia abrió la puerta y entraron los chicos.
Julie al ver a los chicos, sonrió, pero al toparse con el rostro de Daniel, su rostro cambió drasticamente y volteo a cambiar la música de la radio.
Para Daniel este movimiento no pasó inadvertido y, ofendido, se cruzó de brazos y se sentó en la cama. Era el colmo que después de todo ahora ella le hiciera desprecios, ah no, ella lo escucharía.

Daniel: Parece que te molesta mi presencia, Julie. Ojalá pudieses haber visto el cambio en tu expresión al verme. Debes tener serios problemas conmigo...

Julie enrojeció y el resto de los chicos se callaron súbitamente con el comentario. Ellos no habían notado nada, pero Bia sabía que su amiga estaba medio rara y era por el fantasma. Ahora se había formado un silencio incómodo que nadie sabía como romper.

Daniel: ¿Ya no deseas hablarme tampoco? Si es así, si quieres me voy...

Julie: ¡No! No te vayas, Daniel, estás equivocado con lo que dices...

Julie estaba nerviosa y miraba desesperada a su amiga que, con gestos le decía que debían hablar.

Bia: Félix, Martín, ¿me acompañarían a buscar más refrescos? Tengo una sed terrible y necesito ayuda para subir bocadillos también.

Ambos fantasmas notaban la indirecta y acompañaron a la pelinegra fuera de la habitación.

Julie: Daniel...

Daniel: Mira, Julie, si tanto te aproblema ahora estar conmigo, no te preocupes, lo entiendo, pero podrías decirme las cosas en vez de simplemente hacerme desprecios.

Julie: Pero Daniel, no te he hecho ningún desprecio, no te lo tomes así... jamás haría eso

Daniel: ¿A no? entonces que fue eso.

Julie: Nada, solo pensaba cosas...

Daniel: (enojándose) ¿Cosas? Pero qué cosas. Por Dios, Julie, habla claro de una vez

Julie: Bia me dijo que te había visto en la fiesta con otra chica y yo pensaba en que rápido me habías olvidado...

Había hablado tan rápido que hasta había olvidado respirar. Sonrojándose nuevamente, Julie miró el suelo para evitar mirar el rostro de Daniel que ahora estaba totalmente sorprendido. Él jamás hubiera pensado que lo habían visto y mucho menos que la vocalista de su banda reaccionara así. Después de todo, ella lo había rechazado y él... pues el tenía derecho a conocer a otras chicas!

Daniel: No te parece un poco egoísta tu actitud. Realmente eres como una chiquilla caprichosa...

Daniel había hablado con tal desprecio que a Julie se le hizo un nudo molesto en la garganta. Las lágrimas comenzaron a amenazar con desbordarse de sus ojos, pero resistió, no perdería la compostura.

Julie: (en un hilo de voz) Daniel, no pensé que tendrías tal concepto de mi...

Daniel suavizo su mirada. Realmente no quería herir los sentimientos de la chica, pero él mismo se sentía herido y solo trataba de defenderse. Claro que aún no olvidaba a Julie, claro que aún la amaba, pero debía hacerlo en silencio, escondido, reprimido, porque ya hace 3 meses atrás, Julie había decidido quedarse con Nicolás y él... pues él solo era un fantasma que no merecía su amor porque no le podía dar nada a cambio. Al fin y al cabo el estaba muerto.

El fantasma se acercó a la chica y tomando su mentón hizo que lo mirara a la cara. Con sus dedos aprovecho de acariciar su rostro, era tan suave... pensó en besarla ¡la tenía tan cerca! Era cuestión de que bajara el rostro y se encontraran sus labios, algo dentro de él le decía que ella no voltearía su cara. Lentamente se fue acercando a ella...
Julie por su parte no sabía que  hacer, sentía que estaba conteniendo la respiración y sentía la presencia del fantasma tan cerca de sí. No atino a nada, solo cerró los ojos con fuerza como quien espera un golpe más que un beso.

Fue entonces que sonó el celular de Julie distrayendo a ambos. La chica se alejó del fantasma para mirar su celular. Era Nicolás que le enviaba su infaltable mensaje de "buenas noches" como lo hacía desde que estaban juntos.

Julie: (suspirando) Lo siento, esto es un mal entendido, Daniel. Tú sabes que tengo novio y realmente no sé lo que me ha pasado hoy. Lamento si mi comportamiento te dio a entender cosas que no eran, pero estoy con Nicolás y...

Daniel: (con una sonrisa triste en el rostro) No digas más, no necesitas darme explicaciones. Soy yo quien debe disculparse. Perdona todo esto...

Daniel desapareció de la habitación como solo lo sabe hacer un fantasma y Julie se dejó caer sobre la cama enterrando su rostro en la almohada. No quería que nadie notara que estaba llorando.

jueves, 6 de marzo de 2014

cap 1 Superman Tonight

Notas de inicio: Este fanfics esta basado en la serie "Julie y los fantasmas". Ni la historia original ni sus personajes me pertenecen, exceptuando a los creados por mi que aparecen en este capítulo.

Cursiva: canción
entre paréntesis (...): acciones.

Siempre estoy soñando
Capítulo 1 - Superman Tonight


Julie y Bia caminaban hacia el patio del colegio. Acababan de rendir su último examen de matemáticas del año y estaban deseosas de un poco de distracción fuera de tanto número, letra y ecuaciones.

Bia: ¡Al fin! Pensé que nunca terminaríamos con los exámenes.

Julie: Es cierto, estoy agotada… entre los estudios y la banda apenas he tenido tiempo siquiera de ver a Nicolás. ¿Y Valtinho? Pensé que había salido con nosotras.

Bia: No sé, le perdí de vista cuando llegamos aquí (toma su celular y marca a su novio). Valtinho, ¿dónde estás? Si no vienes pronto, nos iremos sin ti a casa de Julie (Bia se queda escuchando por el celular, luego asiente y se despide).  Julie, te tengo una buena noticia.

Julie: ¿Qué cosa?

Bia: Pues Carlos, nuestro compañero de curso, hará una fiesta de despedida del año escolar en su casa este fin de semana y estamos todos invitados.

Julie: ¿En serio? Genial, necesitaba algo de distracción. Creo que estoy un poco estresada. Últimamente las cosas con la banda no han ido muy bien, Daniel está insoportable, no sé que le pasa. Hasta he evitado tocar el tema de Nicolás para no molestarlo y aun así no sé qué le ocurre.

Bia: Entonces invítalos a la fiesta. Valtinho dice que el tema de la noche será “los ‘80”, se sentirán en su época.

Julie: Sería genial, pero no sé si les haga mucha gracia ir a una fiesta en donde nadie los puede ver…

Bia: Que les baste con que nosotras los veamos. Además, podrían aparecérseles a otras personas, después de todo las luces serán bajas y nadie notará sus rostros pálidos, hasta podríamos inventar que van de época.

Julie: Está bien, los invitaré cuando llegue a casa. ¿Vamos?

Bia: Si, Valtinho tardó demasiado, que nos encuentre allá.

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En la cabaña.
Daniel tocaba la guitarra mientras que Martín y Félix lanzaban los dardos y conversaban acerca del futuro de la banda y sus próximas composiciones.

Martín: últimamente no hemos podido componer nada, como el papá de Julie está con licencia médica en casa…

Félix: Es verdad. Ni siquiera podemos meter demasiada bulla porque Julie aún quiere mantener el secreto con su padre. Así como vamos, no tocaremos en un buen tiempo más.

Daniel: Deberíamos pedir la tienda a Claus para ensayar aunque sea una vez. Le servirá de publicidad además para que venda sus discos.

Martín: ¡Que gran idea! Digamosle a Julie en cuanto llegue, mientras antes, mejor.

Félix: A propósito de Julie, Daniel, ¿qué te ocurre? Últimamente haz sido bastante duro con ella. La vez pasada que discutieron, ella se fue con cara de tristeza…

Martín: deberían hacer las paces, disculpate, Daniel. Ella es muy amable con nosotros, no se merece que la tratemos mal.

Daniel: Si he dicho algo que la moleste, pues se lo merecía. No he dicho nada que no sea cierto.

Martín: Pues si es porque está de novia con Nicolás, no puedes hacer na…

Daniel: No es por eso, no me interesa lo que ella haga de su vida ni su noviecito. (Daniel desaparece de la habitación).

Félix: Wau, todavía le afecta bastante el tema.

En eso entran en la cabaña Julie y Bia riendo y conversando muy animadas.

Julie: Chicos, les tenemos una invitación. ¿Dónde está Daniel?

Martín: Eh… ¡Se fue a dar una vuelta! Dijo que estaba un poco aburrido.

Julie: Ah, pues  ¡les traemos la solución al aburrimiento!

Bia: Un compañero de curso hará una fiesta en su casa este fin de semana celebrando el término del año escolar. Y el tema de la fiesta será los años ’80.

Julie: Pensamos que les gustaría ir con nosotros a divertirse un rato ya que últimamente ni siquiera hemos podido ensayar.

Martín: ¡Genial! Yo iré. Necesito salir un rato de aquí. Hasta podría conocer a alguna chica.

Félix: Martín, tu sabes que no podemos hacer eso. Esta prohibido aparecérseles a las personas. Además… imagínate lo que pasaría si nos descubren.

Bia: Tranquilo, ustedes saben que en las fiestas las luces son tenues. Nadie notará que son fantasmas. Además, si quieren compartir con alguien más, pueden aparecérseles por un rato así como a nosotras.

Martín: ves, Félix, te falta un poco más de espíritu aventurero.

Julie: Entonces, qué dicen. ¿Nos acompañan?

Martín: ¡Claro! Allá estaremos.

Félix: Está bien.

Julie: Excelente.

Luego de un rato de conversar entre los cuatro y hacer planes para la fiesta, Valtinho pasó a buscar a Bia y Julie subió a su cuarto.

Julie: (abre la puerta y da un salto de susto) ¡Daniel!

Daniel: (Sentado en la cama con la guitarra acústica en sus manos) No puedo creer que después de todo este tiempo que llevamos viviendo en tu casa, aún te asustes al verme.

Julie: No pensé que estarías aquí. Los chicos me dijeron que habías salido a dar una vuelta.

Daniel: No, solo buscaba un lugar tranquilo para tocar la guitarra.

Julie: Supongo que no haz metido mucha bulla. Recuerda que está mi papá en casa y si los descubre…

Daniel: Tranquila, no he tocado nada muy rockero para no levantar sospechas.

Julie: (sentándose en la cama al lado de Daniel) A propósito de rock, te tengo una invitación.

Daniel: ¿A si? De qué se trata.

Julie: Este fin de semana, un compañero de clase hará una fiesta y quería que fueras con nosotros.

Daniel: Julie, soy un fantasma. ¿Qué habrá de divertido en que vaya a una fiesta si no puedo compartir con nadie?

Julie: Es que Bia y yo pensamos que les gustaría la idea. El tema es los ’80 y tú sabes que siempre dejan luz tenue, hasta a veces las apagan y solo alumbra la luna. Sería perfecto, nadie notará que son fantasmas. Además no hay nada de malo que se le aparezcan a alguien más aparte de nosotros mientras no se den cuenta de que ustedes son fantasmas.

Daniel: Estás loca, aun así no es buena idea.

Julie: Pero, ¿por qué? Últimamente no hemos hecho nada juntos. Nos haría bien divertirnos como banda para variar.

Daniel: ¿Dices que irá todo tu curso?

Julie: Así es.

Daniel: Entonces menos iré.

Julie: Pero por qué, qué te sucede Daniel.

Daniel: ¿Qué acaso eres tonta? Para qué quieres que vaya contigo si irás con tu noviecito.

Julie: Pensé que dejaríamos de lado las discusiones por ese tema…

Daniel: Pues no. Tú sabes que no lo soporto a él y mucho menos verlos juntos. Gracias por la invitación, pero no iré (desaparece de la habitación dejando la guitarra sobre la cama).

Julie se queda cabizbaja, mirando la guitarra y pensando, sola en su  habitación.

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Llegó el tan esperado día de la fiesta. Bia fue temprano a la casa de Julie para arreglarse para la noche. El tema eran los ’80 y debían vestir como en aquella época. Les tomó toda la tarde elegir la ropa que llevarían, sus peinados y el maquillaje. Bia llevaba unos jeans ajustados y un poco rasgados, polera negra mostrando los hombros y botas. Julie vestía pantalones de cuero, botas y una polera de Queen que mostraba su ombligo. Ambas se peinaban mientras conversaban sobre sus vestimentas.

Julie: Bia, ¿no piensas que mostrar el ombligo es un poco exagerado? Mejor me cambio la polera.

Bia: No, Julie, déjatela. Te ves muy bien así. Dejarás loquito a Nicolás cuando te vea.

Julie: pero Bia, me da un poco de vergüenza salir así.

Bia: Ay, que exagerada, Julie. Iré por una chaqueta para ti a mi casa, no me tardo.

Julie aprovecho la oportunidad de bajar a la cabaña a ver a los chicos. Cuando entró, Martín se miraba en los reflejos del amplificador “arreglándose” (lo poco que pueda hacer un fantasma) y Félix pensaba en voz alta cómo lo harían para no ser descubiertos. Daniel sentado en un rincón tocaba la guitarra.

Julie: ¿Ya están listos chicos?

Los 3 voltearon a verla al mismo tiempo y quedaron con la boca abierta.

Félix: Julie, ¡te ves genial!

Martín: te ves muy bonita, realmente pareces una rockera de los ’80.

Julie: (ruborizándose y tapándose el estómago disimuladamente con las manos) Gracias chicos. Bia fue a buscar una chaqueta para mi y partiremos. ¿Se van con nosotras?

Félix: Claro, ya estamos listos.

Martín: ¿Vas, Daniel?

Daniel: no, gracias. Tengo otros planes.

Martín: Está bien, tú te lo pierdes. Descuida, la pasaremos bien por ti.

Julie y los 2 fantasmas salieron a esperar a Bia. Daniel intentaba borrar de su cabeza la imagen de ella. Se veía tan bonita. Que ganas tenía de abrazarla y besarla, pedirle disculpas por ser tan antipático con ella, pero no podía evitarlo. Se sentía terrible cada vez que pensaba que había preferido a Nicolás antes que a él.

Daniel: Da igual, iré un rato a la tienda de instrumentos.

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En la fiesta todos estaban muy animados. Allí Julie se encontró con Nicolás, quien no paraba de decirle lo bonita que se veía y de besarla; Valtinho sacó a bailar de inmediato a Bia y los fantasmas comenzaron a recorrer la casa viendo quiénes estaban y buscando en qué entretenerse.

Pasó un buen rato desde que llegaron y Carlos, el anfitrión de la fiesta anunció una banda que tocaría en vivo esa noche. Todos  se acercaron al escenario que estaba dentro de la casa (era una casa muuuuy grande), se apagaron las luces y encendieron unos reflectores que alumbraban a la banda. Se hacían llamar “Dickson” y tocaban covers de bandas de la época que los convocaba esa noche.

Comenzaron con “Welcome to the Jungle” de Guns ‘n’ roses. Todos se emocionaron bastante y coreaban la canción. La fiesta estaba muy prendida, era la parte más emocionante de la noche.

En eso llega Daniel, quien había decidido darse una vuelta por la fiesta. Se había aburrido solo en la tienda de instrumentos y buscaba a sus amigos en la multitud. Entre toda la gente vio a Martín besándose con una chica en un rincón oscuro, típico de él, y a Félix conversando muy animado con otra. ¡Quien diría que el conservador de Félix se animaría esta noche! Observó un poco más y vió a Bia con Valtinho y a su lado Julie y Nicolás. Automáticamente se borró la sonrisa que llevaba en el rostro, pero decidió alejar los malos pensamientos de su cabeza por esa noche y pasarlo bien. Después de todo, la banda era muy buena y le gustaba de vez en cuando ver a otros tocar y no solo hacerlo él.

Sonaba “Heaven’s on fire” de Kiss cuando notó a una chica sacando fotografías a la banda. Se quedó mirándola, cuando de repente ella volteó y quedó mirando en su dirección.  Él siguió observándola, seguro de que estaba “invisible”, pero la chica comenzó a caminar en su dirección. Lo miraba fijamente y comenzó a asustarse. ¿Realmente lo había visto? ¿qué estaba ocurriendo? De pronto la chica desvió la mirada de él y la fijó en la mesa de refrigerios detrás de él. Pasó por su lado sin volver a “mirarlo” y tomó un refresco.

Daniel se relajó, era imposible que una viva pudiese verlo si él no lo deseaba. Se acercó al escenario para mirar mejor a la banda. Quería comprar sus habilidades musicales con la del guitarrista de ese grupo.  Fue entonces que vio a la misma chica salir por el ventanal que daba al patio trasero. Le llamó la atención ya que todos se encontraban dentro de la casa. Decidió ir a ver que hacía allá, sola.

La chica se había sentado a la orilla de la piscina, se había sacado sus zapatos y tenía los pies en el agua. Afuera había un poco más de luz y pudo observarla mejor. Era la chica más sencilla esa noche, la menos estrafalaria. Llevaba unos jeans como short y una polera de Def Leppard. Su pelo ondulado caía por el contorno de su rostro mientras miraba fijamente el agua que movía con sus pies. Daniel la observaba cuando notó su rostro bastante pálido. La chica se llevó una mano a la cara refregando sus ojos y de pronto cayó a la piscina.

Daniel se asustó, miró a su alrededor. Nadie había notado el accidente así que corrió a la piscina y se zambulló para sacarla. Ya afuera golpeo levemente sus mejillas para hacerla despertar. Pronto la chica abrió sus ojos y le quedó mirando fijamente, como había hecho antes dentro de la casa.

Daniel: ¿Estás bien? Te desmayaste y caíste a la piscina.

Chica: eh… Si, perdón (sentándose). Lo siento, no debí sentarme en la orilla de la piscina.

La chica le iba a pedir disculpas por haberlo hecho mojarse, pero notó que él tenía la ropa seca. Guardó silencio.

Daniel: Deberías secarte un poco, estás empapada. Debe haber toallas en esta casa. Ven (ofreciéndole su mano), te acompaño.

La chica tomó su mano y se puso de pie con algo de dificultad. Aún sentía sus piernas de gelatina así que se apoyó en Daniel.

Para no llamar la atención y ahorrarse problemas, Daniel trató de pasar por detrás de toda la gente. La chica se vería extraña si iba apoyada “del aire”.

Subieron las escaleras al segundo piso, entraron en lo que parecía la habitación matrimonial. Ésta tenía un baño personal, así que Daniel sentó a la chica en la cama y entró al baño a buscar toallas. Para disimular, tuvo que abrir la puerta tomando el picaporte. Volvió con dos toallas en sus manos. Envolvió con una a la chica y la otra la puso sobre su cabello y comenzó a ayudarla a secarse.

Daniel: Debes tener cuidado. No es normal que una chica de tu edad se desmaye de la nada. Deberías ir al doctor.

Chica: lo sé, lo siento.

Daniel: Deja de decir lo siento, solo fue un accidente.

Chica: Está bien, muchas gracias por ayudarme. A propósito, ¿cuál es tu nombre? Me gustaría saber quién me salvó.

Daniel: Mi nombre es Daniel, y ¿el tuyo?

Chica: Susana, pero puedes llamarme Susy.

Daniel: Muy bien, Susy. ¿Ya te sientes mejor? ¿Tienes ánimos de volver a la fiesta? Tus amigos te deben estar esperando.

Susy: Está bien, igual tengo ganas de seguir viendo a la banda. ¿Vamos?

Daniel lo pensó un momento. Realmente estaba hablando con una chica en esa fiesta cuando se supone que no debía aparecérsele a nadie más, por lo menos en eso habían quedado con sus amigos. Pero los dos estaban compartiendo con otras personas, entonces nada le impedía que él conversara con esta chica.

Daniel: Está bien, bajemos.

Ambos bajaron las escaleras y se encontraron con toda la multitud disfrutando de la música. Daniel estaba cómodo, nadie repararía en la chica que habla sola ya que todos estaban en su propio mundo. Se sentaron al fondo del salón en unos sillones que se encontraban ahí.

Susy: Son muy buenos. Me gustaría tener una banda como ellos, es mi sueño.

Daniel: ¿En serio? ¿Tocas algún instrumento?

Susy: Toco el teclado, pero me falta mucho aún como para tener mi propia banda. Me falta algo de práctica.

Daniel: Genial, nunca había conocido a una tecladista. Yo toco guitarra en una banda.

Susy: ¿De verdad? ¡Que genial! Y ¿Cómo se llama tu banda?

Daniel: Los insólitos.

Susy: Wau, algo había escuchado de ustedes. Creo que una compañera de mi clase canta en la banda ¿o no?

Daniel: Si, se llama Julie (haciendo una leve mueca al nombrarla).

La banda presentó un nuevo tema, la balada de la noche. Todos buscaban pareja para disfrutar de esta canción.

Vocalista: Este tema va para todos los hombres que queremos rescatar a alguna chica esta noche. “Superman Tonight”

Susy: (Sonriendo) justo Bon Jovi es mi banda favorita. Amo este tema.

Daniel: Que coincidencia. Entonces esta canción es para ti. (Comenzó a cantar)


Hay algo de ti que quiero rescatar, 
Ni si quiera te conozco,
Así que, ¿qué significa eso?
Quizás soy cínico,
Soy dolorosamente lógico,
Eres trágica y hermosa,
Eso es suficiente para mí.

Susy se ruborizó. Siempre le había gustado esta canción y soñaba con el día en que un chico se la cantara, pero jamás pensó que un total desconocido lo hiciera.

Estás buscando un héroe, pero es sólo mi viejo tatuaje,
Esta noche juro que vendería mi alma para ser un héroe para ti.
¿Quién va a salvarte cuando las estrellas caigan de tu cielo?,
¿Quién va a jalarte cuando la marea suba demasiado?,
¿Quién va a sostenerte cuando apagues las luces?,
No mentiré, quisiera ser tu Superman esta noche.

Daniel sonrió. Le pareció dulce que a la chica le brillasen los ojos al oírlo cantar. Ni siquiera la conocía, pero le causaba ternura su rostro ruborizado, su cabello aún mojado, sus ojos que le miraban directo como si en cualquier momento lo atravesarían, sus labios pálidos entreabiertos...

Si alguien te manda un ángel para salvarte,
¿Qué le dirías para alejarlo?,
¿Qué tu corazón no se rompe?,
¿Qué tus labios no besan?,
¿Qué la vida es sólo una mentira?,
¿Qué el cielo no existe?

¿Quién va a salvarte cuando las estrellas caigan de tu cielo?,
¿Quién va a jalarte cuando la marea suba demasiado?,
¿Quién va a sostenerte cuando apagues las luces?,
No mentiré, quisiera ser tu Superman esta noche.

Ambos se miraban intensamente a los ojos. Sin darse cuenta, comenzaron a acercarse el uno al otro. Pronto Daniel le susurraba la canción al oído y Susy sentía que se le iba a salir el corazón del pecho.

¿Quién va a arreglarte la próxima vez que te rompas?,
Transitaste sola al otro lado de la calle,
Es tu equipaje el que te está arrastrando hacia abajo,
No mires atrás,
Déjalo ir.

¿Quién va a salvarte cuando las estrellas caigan de tu cielo?,
¿Quién va a jalarte cuando la marea suba demasiado?,
¿Quién va a sostenerte cuando apagues las luces?,
No mentiré, quisiera ser tu Superman esta noche.

Ambos acercaban sus rostros más y más. Daniel sentía el aliento de la chica en su rostro, la vio cerrar sus ojos. Estaba a centímetro de juntar sus labios cuando escuchó que la llamaban.

Joven: ¡Susy! Aquí estabas. Te he estado buscando hace mucho rato. ¿Qué te pasó? Estás toda mojada. Vamos que me conseguiré algo de ropa para ti con Carlos.

Susy no tuvo otra alternativa que seguir a su amiga, pero antes de irse, se acercó al oído de Daniel y le susurró: Gracias por salvarme esta noche.



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Notas de autora

Hace muchísimo tiempo que no publicaba uno de mis fanfics, 10 años aproximadamente (me sentí vieja). 
Bueno, esta es una propuesta de lo que pudiese ocurrir luego del capítulo 26 de la serie "Julie y los fantasmas", luego de que Julie decidiera quedarse con Nicolás y no con Daniel (buuuuu!!).
Espero les haya gustado este primer capítulo titulado "Superman Tonight", al igual que la canción que le canta Daniel a Susy, de Bon Jovi. De hecho este fic está basado en muuuuchas canciones de esta banda y otras también.
Cualquier duda, consulta, reclamo, tomates podridos o buenas vibras serán bien recibidos en los comentarios, aquí abajo =)

un abrazo.